Quebec, la segunda provincia más grande de Canadá, tiene la intención de obligar a los adultos que se nieguen a ser vacunados contra el COVID-19 a pagar una "contribución de salud". La medida fue anunciada con todos los riesgos que podrían suscitar un debate sobre derechos individuales y responsabilidad social.
El primer ministro, Francois Legault, dijo a los periodistas en una conferencia de prensa el martes que la propuesta, cuyos detalles aún se están finalizando, no se aplicará a aquellos que no pueden ser vacunados por razones médicas.
Las personas no vacunadas suponen una carga financiera adicional para los demás, y el Ministerio de Hacienda provincial establece un monto "significativo" que deben pagar los residentes no vacunados, dijo Legault, y agregó que ese monto no sería inferior a 100 dólares canadienses (79,50 dólares).
Los gobiernos de todo el mundo han impuesto restricciones a las personas no vacunadas y pocos han impuesto multas a quienes reducen la vacunación, pero un impuesto importante a todos los adultos no vacunados podría ser una medida rara y controvertida. Esta medida es ciertamente controvertida, aún sin definir, pero ya ha indignado a muchos canadienses. ¡Podemos decir que sería una acción dramática!
Pero las provincias de Canadá están experimentando un aumento exponencial de casos de COVID-19, obligando a decenas de miles de personas a aislarse, y el sector de la salud se está derrumbando. Quebec fue uno de los más afectados, reportando regularmente el mayor número de casos de coronavirus en todas las provincias y con un sistema de atención médica "asfixiado".
"La vacuna es la clave para combatir el virus. Por eso estamos buscando un aporte de salud para los adultos que se niegan a vacunarse por razones no médicas”, dijo Legault. También dijo que aunque la provincia tiene cerca de un 10% de personas sin vacunar, representan cerca del 50% de las que se encuentran en unidades de cuidados intensivos.